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El ombligo del mundo


Después de un breve paso por Arequipa llegamos a Cusco o en quechua Qosqo, una de las ciudades más bellas de América Latina. Nuestra idea era quedarnos aqui un tiempo así que, la opción que más nos gustó fue buscar un hostel en el que pudíeramos trabajar wpid-wp-1437108431893.jpegcomo voluntari@s a cambio de hospedaje. La verdad, es muy divertido vivir una ciudad desde dentro cuando ya no eres «turista», cuando el tiempo no apremia, cuando vas conociendo los secretos del lugar y cuando acabas formando una familia de voluntari@s en un hostel. Tan a gustito estábamos que sin darnos cuenta nos quedamos ¡dos meses! Es que Cusco se merece un buen alto en el camino y su energía te atrapa.

El pueblo Inka es fascinante, su historia y todo lo que lo envuelve ¡cómo no tratar de aprender cuando se está acá!. Existen dos leyendas de la creación de Cusco donde ambas coinciden que los inkas no eran oriundos del lugar. La leyenda más extendida nos cuentaque Wiracocha, el Dios Creador, envió a la tierra a Manco Capac y Mama Ocllo que eran hermanos y esposos a la vez. A la sagrada pareja nacida del Lago Titikaka se wpid-wp-1437108506591.jpegle entregó un cetro de oro y donde se hundiera esa vara debían crear un imperio para honrar a Inti, el Dios Sol, y enseñar a hombres y mujeres normas de convivencia y sociedad, técnicas textiles, agricultura… La pareja vagó hacia el norte tanteando el terreno con la vara y al llegar a un hermoso y fértil valle la vara se hundió y ahí fundaron Qosqo o «el ombligo del mundo».

El otro mito nos habla de los Hermanos Ayar, se cree que de las cuatro grutas del cerro Tampu Tocco nacieron cuatro hombres con sus respectivas mujeres, tod@s con poderes mágicos. Como el cerro era seco y abrupto debían encontrar un lugar donde formar el imperio. Durante un tiempo viajaron y con las dificultades del camino sólo uno de los hermanos Ayar Manco y su esposa-hermana Mama Ocllo llegaron a Qosqo donde iniciaron el Imperio Inka.

Sea como fuere los Inkas crearon un imperio conocido como el Tahuantisuyo el cual se wpid-wp-1437108441514.jpegdividía en cuatro suyos (regiones), el Chinchaysuyo al norte, Antisuyo al este, Collasuyo al sur y Contisuyo al oeste. Un imperio que pasó de ser una tribu andina a tener una población de 10 millones de habitantes, que sin conocer escritura ni la rueda, eranconocedores de los astros, agricultura, técnicas textiles, grandes constructores, conocedores de la sabiduría de la pacha mama,… y tantas otras cosas, y todo en un terreno tan difícil como los Andes. Y a pesar de que su apogeo sólo duro cerca de cien años, exactamente entre el siglo XV y XVI, los inkas son y serán una de las culturas más ricas, inteligentes, mágicas y además con un gran respeto a la naturaleza de la historia.

Se cree que Pachacutec venció un ataque a la ciudad de Cusco por parte de los Chancas y después asumió el mando y remodeló la ciudad dándole forma de Puma, que era un animal sagrado. Se dividió en dos sectores: Urin Cusco o zona baja y Hanan Cusco o zona alta y la cabeza del puma la formaría Sacsayhuaman o lo que es lo mismo «lugar donde se sacia el halcón».

Cusco tiene tanto que contar… es como vivir en una leyenda viva, en otra época, con la fuerza Inka por todas partes. Nuestro superhostel (que era para mochiler@s de lujo) estaba a una cuadra de la plaza Mayor o de Armas así que cualquier momento era bueno para recorrer la ciudad.wpid-wp-1437108427348.jpeg No se puede hablar de Cusco si no visitas el Mercado de SanFrancisco, había de todo, una calle entera de diferentes clases de papas, cientos de variedades de tonos distintos; choclos de colores, desde el más profundo amarillo al morado de la chicha, la bebida sagrada; calles de hierbas y chocolates donde comprar miel andina y chocotejas mmm… fideos, quinua, arroces, quesos salados… artesanías y muchas cosas calentitas de abrigo con llamas dibujadas. Este mercado es precioso, arregladito para turistas, porque si sales del edificio y cruzas un par de cuadras llegas a su mercado, donde cholitas tienen la mercancia en el suelo mientras en su agüayo duerme un bebe, donde los olores se mezclan, donde nada tiene nevera, donde ellas compran y se vive el día a día…

Al otro lado, la plaza Mayor con su Catedral y sus calles de piedras, talladas, hermosas ygigantes y sobre muchas de ellas construcciones coloniales, ahora todo convive, tras el glorioso pasado Inka la imposición colonial, donde celebraciones ancestrales se mezclan con el cristianismo. Desde la plaza muchas calles wpid-wp-1437108420892.jpegpero entre ellas una larga y estrecha, con piedras a nuestros pies e impresionantes muros inkas a ambos lados que nos lleva a una placita donde tantas tardes nos gustaba estar. Era muy tranquila, unas tienditas de artesania, mucha hierba, piedras inkas y cuatro alpacas, ¡hasta las bautizamos y todo! (Flequi, Cotonet, Rastitas y la Mamá de Rastitas) y aprendimos la diferencia entre llama, alpaca, guanaco y vicuña. Nos encantaba pasar las horas aquí…

También desde la plaza Mayor, una calle tan preciosa que no encontramos palabras, la calle Hatun Rumiyuq, piedras hermosas con la belleza de la perfección y entre ellas la»piedra de los doce ángulos», la cual forma parte de un palacio, está ensamblada al milímetro y se calcula que pesa unas seis toneladas. Pasaramos cuando pasaramos wpid-wp-1437108500082.jpegsiempre mirabamos está fantástica piedra. Y si te fijas, compruebas que siempre abajo piedras pequeñas y arriba las grandes… la arquitectura inka no tiene precedentes y se sabe que lo hacían de este modo por si ocurría un terremoto… las piedras pequeñas se moverían entre ellas pero las grandes, si se daba el caso, se desplazarían en bloque.

Subimos, siempre despacio, y es que los 3350 msnm no perdonan y al terminar la calle el barrio de San Blas o Toq’ocachi, «El hueco de sal». Un barrio con casonas coloniales sobre piedras incaicas. Ahora repleta de tienditas, bares bonitos pero siempre con el encanto de Cusco. Sólo sentarse allá y esperar que cayera el sol era como formar parte de la historia.

wpid-wp-1437108405305.jpegOtra gran calle por la que paseamos mil y una vez era la avenida del Sol, nos gustaba admirar la gran pintura mural donde se explicaba la historia de los inkas gráficamente: su origen, su expansión, la colonización y su actualidad. El color, las formas, las expresiones de la cara, los símbolos… nos maravillaban. Pasabamos para ir a los mercados de artesanías, para ir al centro cultural donde pasaban películas gratis, para llegar a Qoricancha o por el simple placer de pasear.

Qoricancha o Inti Cancha era el santuario al Dios Sol y la que es hoy en día la iglesia de Santo Domingo. Cuentan que las paredes tenían láminas de oro y estaba repleto de ídolos y otros objetos rituales. El lugar wpid-wp-1437108411765.jpegconsta de diferentes salas, cual más mágica y llena de secretos… en una de ellas un increíble disco de oro macizo simbolizando el sol, en otra sala una piedra de sacrificios, cerquita una sala donde custodiaban ídolos y huacas de otras culturas conquistadas donde se les respetaban o usaban de rehén y una realmente extraordinaria, una ventana al cielo, cuyo marco estaba ornamentado por piedras preciosas, donde venerar las estrellas que eran las hijas de la luna y el sol, contemplar a Chaska (Venus), la joven amante de Inti, y comprender el universo. En la actualidad, sólo los muros macizos, los sacerdotes dominicos se encargaron de sacarlo todo e incluso cubrieron paredes con capas de yeso para invisibilizar cualquier rastro inka, por suerte el tiempo hizo su labor, malogró el yeso y dió paso a las piedras. Lo bello del lugar es conocer lo que había, cerrar los ojos e imaginarlo todo dorado…

Entre tanta cultura la vida iba pasando, disfrutabamos la ciudad, los amig@s, la cusqueña, las actividades del hostel y sus deliciosas duchas de agua caliente. Todo momento era bueno para sonreir y conocer…

Una mañana, bien tempranito (o no tanto) un buen desayuno y Cusco arriba. Surcando calles, más allá de San Blas, entre mujeres que pasean con sus llamas, turistas y con Inti en el rostro, llegamos al Cristo Blanco y divisamos la ciudad ¡si es que tiene aura! Descansamos, nuestro objetivo era otro: la cabeza del puma, es decir, Saqsaywaman. Los wpid-wp-1437108494401.jpeginkas creían que su pueblo era el elegido del mundo, por este motivo realizaban construcciones para dejar huella, y lo consiguieron. Saqsaywaman se construyó bajo las ordenes de Pachacutec, el cual fue un gran arquitecto, con la finalidad de ofrecer el culto a Inti y otras divinidades y, a su vez, celebrar las victorias de su hijo guerrero y sucesor, el inka Tupac Yupanki. Al contrario de lo que se cree nunca se construyó pensando en una fortaleza a pesar que durante la colonización los inkas se atrincheraron acá, resistiendo valerosos en el gran santuario donde acabó la rebelión. Seguimos los muros, los bordeamos, admiramos, líneas sencillas pero sólidas al puro estilo inka. Un zig-zag de piedras… un tributo a Illapa, el Dios Rayo, la base de un torreón donde divisar todo Cusco, depósitos para alimentos,… y quizás un túnel secreto que comunica con Qoricancha… magia y misterio.

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La ciudad está repleta de tantas cosas, gentes y culturas que podríamos dedicarle todo un blog entero a Cusco y al Valle Sagrado.

Para nosotr@s, Cusco son calles pequeñas, calles largas, de piedras, cuestas, artesanías y color, soroche y coca, historia, magia, pueblo, pachamama, Inti, música, fresquito de la noche y sol intenso, el baratillo, los tomates y el choclo, incakola y cusqueña, alpacas y llamas…